La Reina y la Mariposa.

 

“-¡Un país bastante “lento” el tuyo! -replicó la Reina-. Aquí es preciso correr mucho para permanecer en el mismo lugar y, para llegar a otro, hay que correr el doble de rápido.”

 La Reina Roja a Alicia en “Alicia a través del espejo”; de Lewis Carroll

Sería indecente por mi parte no avisarte de que lo que viene a continuación es tremendamente desagradable. Especialmente si eres vago y estás buscando autoayuda. Si no quieres pasar un mal rato, mi consejo es que no sigas leyendo. No te hagas daño. Quiérete.

Si a pesar de todo hoy tu mente ha vuelto a conseguir clavártela y te sientes como si fueras un héroe – o simplemente te cuesta menos leer que vivir – no digas que no te lo avisé.

Sigamos. Héroe.

 

LA HIPÓTESIS DE LA REINA ROJA

 

En la hipótesis de la Reina Roja se desenmascara a uno de los grandes principios responsables de que nuestra vida (la de los vagos) sea un infierno. El biólogo evolutivo Leigh Van Valen, allá por 1973, formuló por primera vez esta hipótesis, según la cual:

«Para un sistema evolutivo, la mejora continua es necesaria para solo mantener su ajuste a los sistemas con los que está coevolucionando»

 

Es decir: las poblaciones tienen que “correr” (evolucionar) simplemente para mantener su estatus quo y poder permanecer en el mismo lugar sin extinguirse.

En google encontrarás  multitud de páginas explicando la hipótesis original, a mi no me apetece explicarla.

 

EL EFECTO MARIPOSA

Extracto de The Great Mental Models 3

(Beaubien, Rhiannon ; Leizrowice, Rosie)

“En la década de 1950, el matemático y meteorólogo Edward Lorenz estaba trabajando en modelos informáticos de predicción del tiempo. Un día ingresó datos en un programa y se fue a tomar un café. Cuando regresó, descubrió que las predicciones eran completamente diferentes de cuando ingresó los mismos datos ese mismo día. Al principio pensó que había algún tipo de error técnico. Entonces Lorenz se dio cuenta de que había ingresado accidentalmente un número redondeado para una de las variables. La discrepancia fue mínima, pero las diferencias en los resultados fueron marcadas.

A partir de este accidente, Lorenz descubrió la dinámica del caos o el efecto mariposa. Descubrió que no era solo el clima; otros sistemas caóticos mostraron la misma sensibilidad a las condiciones iniciales. Explicó por qué predecir el clima era un desafío. En investigaciones y charlas posteriores, Lorenz comparó la diferencia con el cambio en la presión del aire producido por el aleteo de las alas de una mariposa.”

Es difícil o imposible predecir el comportamiento futuro de los sistemas caóticos porque los resultados del modelado requieren una comprensión perfecta de las condiciones iniciales.

¿BINARIO?

 

En autoayudabarata.com nos basamos continuamente en hipótesis descaradamente inventadas y carentes de cualquier tipo de rigor científico. Así, damos por hecho que, por supuesto,

si perteneces a la especie humana, lo binario te flipa.

Y lo decimos sin despeinarnos.

Estas alegres asunciones no implican, sin embargo, que no podamos apoyarnos de vez en cuando en otras hipótesis menos alejadas de la realidad, siempre que sirvan para tergiversar esta realidad según cual sea nuestro interés en cada momento.

Lo hemos hecho, lo estamos haciendo justo en este momento y – si la tierra no deja de girar (si es que lo hace) – lo seguiremos haciendo.

Así pues, la idea de un mundo en el que:

1) si eres humano te flipa lo binario
2) simplemente para mantenerte donde estás, no puedes dejar de correr y
3) es imposible llegar a entender de manera perfecta este preciso instante de tu vida para poder intervenir sobre ella de manera que vaya exactamente hacia donde te gustaría que fuera

es una auténtica mierda.

 

¿Y AHORA QUÉ?

 

¿Cómo podríamos integrar toda esta información de manera que nos sirva para vivir mejor? (Y ahora vas y defines “mejor”…)

Podríamos empezar por analizar ese sentimiento de rechazo visceral que sentimos hacia esta maldita Reina Roja que nos sobrevuela a lomos de una flamígera mariposa.

Si Epícteto levantara la cabeza, nos diría que nos estamos preocupando por algo que está fuera de nuestro control. Estoicos dixit.

Si, como buen vago, sientes la vida como un infierno cuando la miras desde este punto de vista, tienes toda la razón. Seguramente pienses que “la vida no debería ser así”.

Tu mente, la muy cabrona, te la está clavando cada vez que piensas en que un mundo en el que “mantenerse” sin hacer nada es posible.

Tu mente, la muy cabrona, te la está clavando cada vez que piensas en que podrías ser capaz de llegar a entender TODO lo que está detrás de que ESTE momento sea ESTE momento.

Así pues, en esencia, nuestra desgracia está emitiéndose desde la ilusión mental de una realidad que tendría alguna posibilidad de NO ser así. Nuestra mente, la muy cabrona, nos la está clavando cada vez que pensamos que la Reina Roja y su mariposa podrían NO estar ahí.

Pensar que la realidad podría “NO ser así” es el motor de nuestras desgracias.

 

En el preciso momento que somos capaces de detectar el motor de nuestras desgracias, tenemos una oportunidad para pararlo. Y aquí es donde vuelvo a inventar la rueda.

 

ACÉPTALO

 

SI verdaderamente conseguimos aceptar que la vida es inherentemente cambiante y exige que cambiemos con ella, adaptándonos continuamente (simplemente para conseguir mantenernos en el mismo lugar). Y SI verdaderamente conseguimos aceptar que la vida es inheremente multifactorial, y que el número de factores responsables de que cada momento sea “ese preciso momento” dista mucho – muchísimo – de nuestro adorable número 2 (binario)

si y solo si

… conseguiremos apagar el motor de nuestras desgracias.

 

LAS METAS

 

“Fija tus objetivos”, “define tus metas”… y demás mierdas son el combustible perfecto para el motor de nuestras desgracias.

Cuando pensamos en metas, objetivos, logros… estamos enfrentando un problema de naturaleza dinámica (Reina Roja) con herramientas estáticas.

Cuando pensamos en metas y demás mierdas… estamos enfrentando un problema que tenemos AHORA con unas soluciones que solo funcionarán en el futuro.

Y no funcionarán.

 

LOS PLANES

Los planes, así como las metas, están sobrevalorados.

Hay infinitos (¿?) tipos de planes. Los planes son esos discursos lógicos con los que diseñas el camino hacia las metas.

Estando donde estamos, me referiré a los planes dentro de los mundillos de la autoayuda. Esos planes que te llevarán al éxito, la felicidad y demás cosas superguapas.

Un plan es el camino que te llevará a conseguir un objetivo. Si no te sientes satisfecho con tu vida, un buen plan autoayudesco será el que te lleve a estar satisfecho con tu vida. ¿No? 

Un buen plan te llevará de “A” a “B”.

El siguiente paso lógico para elaborar el plan que te llevará a los mundos de yupi será intentar entender dónde estás ahora (“A”):

por qué “no te sientes satisfecho con tu vida”.

Lamentablemente, y aquí es donde empieza a aguarse la fiesta, la vida es inherentemente cambiante. Incesantemente cambiante. E Inherentemente multifactorial.

La vida es un sistema dinámico y complejo. Y a efectos de nuestra capacidad para entender las leyes que la rigen y actuar sobre ella, la vida se rige por la dinámica del caos.

Nunca seremos capaces de entender perfectamente TODO lo que está detrás de que ESTE momento sea ESTE momento. Y por tanto, cualquier imprecisión que se produzca a la hora de describir tu “ahora” (A) en el momento de trazar tu fantástico plan acabará teniendo consecuencias impredecibles en el futuro.

Será imposible trazar un plan que nos lleve a donde queramos (“B”).

Las buenas noticias son que así, por lo menos, no tendremos que definir a “dónde queremos llegar” (B). Cosa igualmente imposible, dado que ese “ahora” futuro será igualmente imposible de definir por su naturaleza compleja y dinámica.

 

RECAPITULANDO

 

No seré yo quien afirme tener la solución a todo este lío. Sin embargo, creo que entender todo esto puede llegar a aliviar la presión que nos auto-imponemos cada vez que NO nos cuestionamos por qué tenemos que alcanzar determinadas metas para que todo sea más chachi piruli.

1) Vivimos en la tiranía del NON-STOP. La vida no para. No podemos parar de correr para poder mantenernos en el mismo sitio.

2) La realidad es naturalmente compleja (¿infinita?) pero solo nos manejamos bien y utilizamos de manera útil lo concreto (binario).

3) El motor de nuestras desgracias es NO ACEPTAR que esto es así. Pensar que esto podría NO ser así.

 

ACEPTANDO

 

En un mundo en el que cada instante depende de infinitos factores que cambian a cada instante solo nos queda caernos de culo o hacer lo que podamos.

Hagamos lo que podamos. Aunque sea un poco.

Y que sea concreto, que si no nos liamos.

Imagina que

1) En este mismo instante no te sientes feliz (un clásico, lo sé).
2) Intentas entender las causas (olvidando que la vida es un sistema sumamente complejo y dinámico).
3) Olvidas además que tu mente, aparte de ser una cabrona, da para lo que da, y encima está llena de sesgos.
4) Y te acabas creyendo que no eres feliz por los 2 o 3 motivos que antes (disponibilidad) te vienen a la cabeza (¿amor?, ¿dinero?, ¿propósito?, ¿familia?, ¿reconocimiento?, ¿trabajo?).
5) Y NO te das cuenta de los otros ¿infinitos? factores que en este mismo instante están detrás de que no te sientas feliz (estás cansado, o has dormido mal, o estás comiendo de culo, o tu microbiota está de “mírame y no me toques”, o tus hormonas llevan ya una buena temporada bailando “paquito el chocolatero”, o tienes una intolerancia sin diagnosticar, o eres un feo que crees que deberías ser guapo, o eres un guapo que crees que deberías ser más guapo, o las fotos de pies en la playa de las redes sociales te están matando, o te mueves menos que el David de Miguel Ángel, o tus pobres ritmos circadianos se sincronizan a ritmo de reggaeton, o la última vez que estuviste en la naturaleza aún no te habían salido pelillos en los sobacos, o tus glándulas adrenales están cansadas, o tienes algún chakra bloqueado, o respiras demasiado por la boca, o estás todo el rato pensando en el pasado o en el futuro, o tus relaciones sociales dejan bastante que desear, o tienes alguna psico-patología, o tienes un trauma infantil, o tienes a la tiroides tirada en el sofá enganchada a netflix…)
6) Y encima vas, y cometes el error de marcarte una meta (ser feliz) y un plan (las x cosas que te harán ser feliz).
7) Y sigues sin sentirte feliz. Pero con un plan y una meta, eso sí.

 

SOLO SOY UN HOMBRE (O UNA MUJER) (O DEMÁS POSIBILIDADES)…

…te estarás diciendo.

 

Si, Odín no lo quiera, sientes que tu vida es lamentable, no es ningún consuelo saber que para que el nivel de lamentabilidad no aumente, no puedes parar.

Sean los que sean los recursos que estás utilizando para intentar que tu vida no sea tan lamentable, en este momento únicamente están sirviendo para que tu vida siga siendo igual de lamentable. Si, agotado, decides dejar de utilizar alguno de estos recursos, o utilizarlos “menos”, tu vida será aún más lamentable. Y ya es decir.

 

Si, por ejemplo, la escasa energía que consigues extraer del remordimiento te da para:

  • Dar un paseo a la semana
  • No comer mierdas “a veces”
  • Dormir lo suficiente una vez a la semana
  • Ir una vez al mes “al monte”
  • Un día a la semana pasarte menos de 4 horas delante de la tele o el móvil
  • Muy de vez en cuando hacer caso al que te habla en vez de mirar el móvil

Si dejas de hacerlo, o empiezas a hacerlo con menos frecuencia, tu vida empeorará.

 

Y si, en un ataque de locura transitoria, héroe, decidieras intentar que tu vida mejore, tendrás que correr más rápido.

Por desgracia, el entrenamiento que acabas de hacer (tras juntar toneladas de fuerza de voluntad), solo ha servido para mantenerte. Tendrás que volver a hacer, como mínimo, lo mismo y con la misma frecuencia, solo para mantenerte.

Scott Adams (entre muchos otros), en su libro “Cómo fracasar en casi todo y aún así triunfar”, habla de que:

“Las metas son para los perdedores, los sistemas para los ganadores.”

Nuestra forma de vivir es nuestro sistema. Cuanto mejor sea nuestro sistema, mejor será nuestra vida.

Toda nuestra vida discurre ahora (“A”).

No pasamos ni un solo minuto de nuestras vidas en “B”.

Solo cuenta lo que pasa en “A”.

Entendiéndolo, podremos escapar de la trampa de vivir para “B”:

 

Lo que hacemos ahora, y solo lo que hacemos ahora, es lo que corremos.

Si corremos menos ahora, no conseguiremos mantenernos.

Si corremos más ahora, mejoraremos.

Y no puede ser de otra manera. Si crees otra cosa, le estás echando gasolina al motor de tus desgracias. Y está bien… si eso es lo que quieres.

 

 

Si te da pereza leer, aquí lo leo para ti.