PREGUNTAS AL RESCATE

 

Las preguntas forman parte de esa extensa categoría de cosas extraordinarias que, por habituales, pasamos por alto.

Nos encanta lo extraordinario. Tenemos una tendencia innata a alucinar con lo extraordinario.

Si lo extraordinario llama a nuestra puerta, aunque lo haga con una katana ensangrentada en la mano, nos apresuramos a abrírsela.

No podemos evitar flipar con lo extraordinario.

Sin embargo, la fascinación que precede y acompaña a lo extraordinario nos deslumbra de tal manera que rara vez somos capaces de ver el camino por el que lo extraordinario consigue llegar hasta nosotros.

Si tienes la suerte de estar leyendo o escuchando esta extraordinaria reflexión, quizás en tu próximo encuentro con lo extraordinario consigas ver el camino que ha seguido para llegar hasta ti.

Y podrás ver el cuello de botella.

Verás cómo tu mente, la muy cabrona, es la encargada de asignar la cualidad de “extraordinario” a las cosas. Y verás cómo son muy pocas las cosas que acaban superando el cuello de botella de tu mente para llegar a ti como extraordinarias.

Si estás de acuerdo conmigo en que tu mente es una cabrona – y habría que estar loco para no estarlo – quizás te interese fiscalizar su trabajo:

¿Es extraordinario todo lo que tu mente ha catalogado como tal?

Y, sobre todo:

¿Es no-extraordinario todo lo que tu mente no ha catalogado como extraordinario?

Si eres lo suficientemente “raro” (o “especial”, o “diferente”, o como quieras llamarlo) como para encontrarle sentido a todo esto, quizás consigas ver que:

Lo que tu mente ha calificado como extraordinario parece recién salido de una piscina de miel y brillantina. Y brilla con un brillo choni rodeado de luces de neón y bolas de discoteca. Como para no flipar.

Lo que tu mente no ha catalogado como extraordinario se parece extraordinariamente a… tu vida. Lo normal. Lo habitual.

Bien.

Estábamos hablando de las preguntas.

Las preguntas son algo sumamente habitual, rutinario, normal. Las preguntas son algunas de esas cosas que no superan el cuello de botella.

¿Y no son las preguntas extraordinarias?

Yo diría que sí. Diga lo que diga la mente.

Las preguntas son las puertas que nos separan de las posibilidades.

AUTOAYUDABARATA.COM

Mantener preguntas abiertas es mantener puertas abiertas.

Independientemente – y esto es importante tenerlo claro – de las respuestas.

Las respuestas vienen y van. Las preguntas se quedan.

Hasta aquí la divagación conceptual. Ha llegado el momento de regresar al suelo.

 

¿QUÉ HORA ES? ¿QUÉ TAL HE DORMIDO?

 

A veces, conquistamos cumbres de montañas que ni siquiera sabíamos que estábamos subiendo.

Llevo ya algún tiempo beneficiándome de mantener estas preguntas abiertas en mi vida. Sin embargo, no hace tanto que he sido consciente de ello. Estaba subiendo la montaña sin saberlo.

Para variar, iré al grano:

Cada vez que te sientas mal, por lo que sea, pregúntate

 

“¿Qué hora es?”

“¿Qué tal he dormido?”

 

Si no has oído hablar nunca del concepto de “cronotipo”, más abajo podrás encontrar un vídeo con el que empezar a profundizar y el típico test para hacerte a la idea de cuál es tu cronotipo según Michael Breus. A grandes rasgos, el cronotipo es “eso” que te hace rendir más a las mañanas, o a las tardes o a las noches. “Eso” que te hace tener más ganas de entrenar a las mañanas, o a las tardes o a las noches. “Eso” que hace que a unos les resulte facilísimo madrugar y que a la noche “no valgan para nada” o viceversa. ¿QUÉ HORA ES?

Si nunca te has parado a pensar en la importancia del sueño, más abajo podrás encontrar un vídeo que habla de él desde el punto de vista de la neurociencia. A modo de spoiler te adelanto que el sueño aumenta la concentración, atención, toma de decisiones, creatividad, habilidades sociales, salud… y disminuye los cambios de humor, el estrés, el mal humor, la impulsividad, las adicciones (alcohol y tabaco). Casi nada. ¿QUÉ TAL HE DORMIDO?

Si ya habías navegado las aguas del cronotipo y el sueño, quizás y solo quizás, a pesar de todo, no hayas conseguido extraer beneficio para tu vida. O quizás sí.

Si eres un oyente o lector digno de autoayudabarata.com, eres vago. Te cuesta pasar a la acción. Por mucho que sepas lo importante que es dormir o lo inteligente que sería, en la medida de tus posibilidades, vivir de acuerdo a tu cronotipo; no es descabellado pensar que no hayas modificado tus hábitos para beneficiarte de estos conocimientos.

 

Vaya por delante que, lo ideal, si fueras molongui, sería implementar en tu vida estos conocimientos para mejorarla:

Dormir todos los días unas 8 horas, a ser posible en la franja horaria correspondiente a tu cronotipo.
– Sincronizar tus ritmos circadianos (exponerte a la luz solar cuanto antes al levantarte, minimizar/eliminar exposición a pantallas y luz artificial una/s hora/s antes de acostarte, reducir temperatura en el dormitorio, etc.)
Tener en cuenta tu cronotipo reservando tus momentos de máxima energía para las actividades más demandantes.

Pero la vida sería muy fácil si fueras “de esos”…

Una vez que asumimos que SABER lo que es bueno para ti no implica en absoluto que lo vayas a HACER, solo nos queda intentar sentirnos algo mejor mientras lo seguimos haciendo mal.

Cada vez que te sientas mal pregúntate:

¿Qué hora es? ¿Qué tal he dormido?

Sería casi un milagro sentirse de maravilla después de una mala noche.
Es NORMAL sentirse cansado, irritado, hambriento (hambre de mierdas), estresado, despistado… después de una mala noche.

Si tu cronotipo hace que tengas más energía a las mañanas (por ejemplo), es NORMAL que a las tardes o noches no estés tan creativo, no te apetezca tanto entrenar, te cueste más comportarte virtuosamente delante de un dónut, etc.

A veces, tenemos una buena excusa para sentirnos mal.

Seguirás sintiendo las emociones menos molonguis de las emociones (frustración, enfado, impaciencia, insatisfacción…) pero si esas emociones te visitan cuando es “más normal” que lo hagan (y lo sabes), te resultará más fácil ser amable contigo mismo:

“Mañana lo veré de otra manera, no me parecerá tan malo”
“Tengo que dormir mejor esta noche, mañana será otro día”
“Lo dejo por hoy, mañana a la mañana dedicaré mi mejor momento a acabarlo”
“Estoy cansado, he dormido mal, no voy a hacerme demasiado caso”

 

FUNCIONA. (otra vez yo)

 

Yo soy muy “de mañanas”. A las tardes me falta energía y no soy tan creativo. A las noches no valgo “para nada”.

  • A las mañanas soy exigente conmigo mismo.
  • A las tardes intento no liarme con actividades demasiado demandantes.
  • “Casualmente” tengo muchos más “malos ratos” a las tardes y a las noches que a las mañanas. En esos malos ratos, bajo el nivel de exigencia conmigo mismo y me recuerdo que a la mañana siguiente lo veré todo mejor.
  • Los días siguientes a las noches que descanso mal tengo mucha más hambre, el cuerpo me pide más mierdas. Estoy más irritable y cansado. Me agobio con tonterías. No tengo tantos recursos.

No puedo evitar sentirme “mal”, pero saber que es normal sentirme mal me ayuda. Sé que es normal sentirse “mal” incluso aunque no hubiera ninguna otra razón aparte de haber dormido mal o estar en un momento del día en el que mi energía no está en su mejor momento.

Además de eso, SÍ que intento aplicar (y aplico) el conocimiento sobre los cronotipos y el sueño a mi vida. Es más difícil que utilizarlos como excusas, pero se puede si se quiere. 

Me he centrado en estas dos preguntas porque creo que es muy fácil encontrar causalidad entre el cronotipo o el sueño y sus consecuencias en nuestro día a día.

Hay muchas otras preguntas que podrían ayudarte en la misma línea, pero que, personalmente, me cuesta más trabajarlas y encontrar causalidad:

 

¿Estoy bien hidratado? ¿Qué he comido? ¿Estoy comiendo bien últimamente? ¿Estoy haciendo ejercicio (o moviéndome) últimamente o llevo una temporada muy sedentaria? ¿Estoy teniendo contacto con la naturaleza últimamente? ¿Estoy teniendo contacto social de calidad últimamente? Etc.

 

No a todos nos funciona lo mismo. Quizás sea útil compartir también un ejemplo de lo que NO me funciona (o no tan claramente):

Tengo una relación de amor/odio con el deporte puro y duro. Hacer deporte me sienta bien, pero (en mi caso) tiene un efecto sumamente cortoplacista. Un más o menos breve subidón que no suele alargarse excesivamente en el tiempo. Al poco rato de hacer deporte la maldita reina roja se encarga de que sentirme “mal” sea perfectamente posible. La pregunta “estoy haciendo ejercicio últimamente”, en mi caso, no funciona demasiado bien como pregunta amiga. Pero, por lo que percibo a mi alrededor, a mucha gente SÍ  le funciona.

Haz pruebas y encuentra tus propias preguntas amigas. Esas preguntas que, si se mantienen abiertas, te permitirán encontrar consuelo en los momentos en los que no lo estés haciendo demasiado “bien”. Porque es NORMAL no hacerlo siempre “bien”. Es NORMAL no sentirse siempre “bien”.

Busca en tu vida cualquier excusa para ser más amable contigo mismo.

Si no os creéis nada de esto (y haríais bien en no hacerlo), o sólo os creéis a los que tienen unos cuantos diplomas en la pared, o simplemente os gustaría profundizar; a continuación encontraréis un vídeo y un test sobre el cronotipo y un vídeo con algunas nociones básicas sobre el sueño, desde la perspectiva de la neurociencia.

Espero que algo de todo esto os ayude, inspire o entretenga.

 

 CRONOTIPO

 

La wikipedia nos dice que el cronotipo es la predisposición natural que cada persona tiene de experimentar picos de energía o momentos de descanso según la hora del día, y es distinto en cada persona.

 

TEST

 

Posiblemente ya tengas una idea de cuál es tu cronotipo, pero si no es así y no puedes seguir soportando una vida sin saberlo, en este enlace podrás acceder al test que el propio Michael Breus propone para averiguarlo. Sólo tienes que darle al botón verde “take the quiz” y responder a las preguntas. Si no sabes inglés puedes pinchar en este otro enlace para acceder a una página en la que he traducido todas las preguntas.

Una vez que acabes de contestar te verás en la, oh sorpresa, inevitable situación de tener que poner tu nombre y correo electrónico para conocer el resultado del test. Si lo rellenas, aparecerás en una página en la que encontrarás un vídeo explicando tu cronotipo.

Si sigues todos los pasos averiguarás si eres un león, un oso, un lobo o un delfín. Maravilloso.

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NEUROCIENCIA DEL SUEÑO

 

Transcribo algunas de las, para mí, principales ideas de la charla de Russell Foster:

El sueño es la experiencia más importante del comportamiento humano.

5:40

3 teorías de por qué dormimos: 

1) Restauración (hay genes asociados con la restauración y las rutas metabólicas que solo se activan durante el sueño).

2) Conservación de la energía: ahorrar calorías… no parece significativo.

3) Procesamiento cerebral y consolidación de la memoria:

+ Si después de intentar aprender algo le privas de sueño a una persona, la capacidad de aprender se reduce drásticamente
+ Nuestra capacidad para idear soluciones novedosas a problemas complejos, aumenta considerablemente con una noche de sueño

 

10:40

En las investigaciones posteriores a los accidentes de Chernobyl y del transbordador espacial Challenger se demostró falta de juicio como consecuencia del trabajo por turnos extendidos (pérdida de vigilancia y falta de sueño).

Falta de sueño: mala memoria, poca creatividad, impulsividad exacerbada y falta de criterio general.

 

12:20

Relación entre pérdida de sueño y aumento de peso: Si duermes 5 horas o menos cada noche tienes una probabilidad del 50% de ser obeso (falta de sueño libera Grelina – la hormona del hambre. La grelina llega al cerebro, y el cerebro dice “necesito carbohidratos”).

 

12:50

Estrés asociado con la pérdida de sueño

+ Inmunidad suprimida, la gente cansada tiende a tener índices más altos de infecciones en general.

+ Altos niveles de estrés generan glucosa en el sistema circulatorio y puede acabar traduciéndose en una resistencia a la insulina y una diabetes tipo 2.

+ Aumenta la tensión sanguínea.

 

14:15

¿Cómo sé si estoy durmiendo lo suficiente?

+ Necesitas despertador para levantarte,

+ necesitas estimulantes,

+ estás malhumorado e irritable…

 

14:40

Dormir para tontos:

+ Oscuridad,

+ temperatura,

+ reducir exposición a la luz antes de dormir, a pantallas, estímulos,

+ exposición luz solar cuanto antes al levantarnos,

+ ritmos circadianos…

 

17:00

Asociación entre la salud mental y los trastornos del sueño

Desde hace 130 años se sabe que en los trastornos mentales severos existe siempre una alteración del sueño. El trastorno mental y el sueño no están simplemente asociados, sino que están vinculados físicamente dentro del cerebro.

En muchos casos los trastornos de sueño preceden a la aparición de ciertos tipos de enfermedades mentales (se manifiestan antes que cualquier diagnóstico clínico de trastorno mental => oportunidad intervención).

 

20:35

El sueño aumenta la concentración, atención, toma de decisiones, creatividad, habilidades sociales, salud… y disminuye los cambios de humor, el estrés, el mal humor, la impulsividad, las adicciones (alcohol y tabaco).

Si te da pereza leer, aquí lo leo para ti.