
THE MIND IS FLAT – Nick Chater
En este artículo me propongo compartir las ideas que más me han llamado la atención de este magnífico libro de Nick Chater.

Portada del libro: una ilustración que en un primer vistazo nuestro cerebro interpreta como figuras geométricas de 3 dimensiones. Sin embargo, en el momento en el que te pones a mirarla en detalle te das cuenta de que estás ante formas tridimensionales imposibles…
No pretendo hacer una review del libro, así, por ejemplo, no perderé tiempo hablando de cómo Nick Chater intenta desmontar el concepto de “pensamiento inconsciente”, y tampoco invertiré mi precioso tiempo en compartir demasiados ejemplos con los que, a través de la neurociencia o la psicología de la percepción, Nick trata de justificar algunas de sus tesis.
Llamadme loco pero, por lo que sea, no necesito que la ciencia respalde las ideas para que me resulten fascinantes. Leo por el placer de bombardear el cerebro con bombazos conceptuales, y la mayoría de las veces me importa bastante poco el rigor con el que el nivel de madurez de la ciencia del momento sea capaz de respaldarlos. Hay numerosos ejemplos a lo largo de la historia en los que la ciencia de hoy es el paradigma incorrecto del mañana, y si hablamos de la “ciencia” de la psicología ya ni te cuento…
A continuación organizaré varias citas del libro en 8 categorías, correspondiéndose cada una de estas categorías con 8 de las ideas que más potentes me han parecido.
1- UNA MENTE CON UNA MISIÓN
” […] la actividad práctica central de la mente: comprender el mundo que nos rodea, tomar decisiones y planificar acciones, y enviar instrucciones y observaciones precisas a los demás.”
2- SOLO UNA COSA CADA VEZ
“Solo podemos enfocarnos e intentar imponer significado a un solo conjunto de información a la vez.”
3- EL SENTIDO EN CADA MOMENTO
“Nuestra mente está continuamente interpretando, justificando y dando sentido a nuestro propio comportamiento […] nuestro cerebro es un improvisador incomparable: un motor para encontrar espontáneamente significado y elegir las acciones que tengan el mayor sentido en el momento.”
4- DE CADA COSA AL TODO
“Somos razonadores ad hoc asombrosamente inventivos, máquinas de producir metáforas creativas, que continuamente unen fragmentos dispersos de información en totalidades momentáneamente coherentes.”
5- ATENCIÓN > INTERPRETACIÓN > CONCIENCIA
“La atención es el proceso de interpretación […] Somos conscientes, y solo podríamos serlo, de los significados, patrones e interpretaciones que son el resultado de esta computación cooperativa. La conciencia se limita a la percepción de nuestra interpretación del mundo sensorial; y estas interpretaciones son el resultado de cada ciclo de pensamiento, no su funcionamiento interno.”
6- EL PASADO Y LA MENTE
“Nuestra vida mental sigue canales tallados por nuestros pensamientos anteriores, y las huellas de nuestros pensamientos y acciones presentes darán forma a cómo pensamos y actuamos en el futuro. […] El cerebro opera por precedentes, no por principios.“
7- EL SENTIDO EN NUESTRA VIDA
“Nuestra búsqueda continua de significado es la lucha por encontrar patrones en nuestra experiencia presente, a la luz del pasado.”
8- EL SECRETO DE LA INTELIGENCIA
“Nuestro “modo” natural de pensar es tremendamente flexible: solo pensamos en la disciplina y el control como la esencia del pensamiento porque requieren nuestra atención consciente y cuidadosa. La extraordinaria ubicuidad de nuestra flexibilidad imaginativa la vuelve invisible […] nuestra espectacular elasticidad mental – nuestra capacidad de interpretar imaginativamente información compleja y abierta en patrones ricos y variados – es el secreto de la inteligencia humana.”
Y AHORA MIS MOVIDAS
“The mind is flat” me ha ofrecido una nueva (para mí) y muy interesante perspectiva desde la que mirar la vida. Nick Chater me ha guiado en un viaje en el que he disfrutado reflexionando sobre cómo el cerebro hace que la vida, compuesta exclusivamente de infinitos “ahoras” consecutivos, consiga tener sentido en todos y cada uno de esos infinitos “ahoras”.
Me ha resonado especialmente la idea de que el cerebro únicamente puede prestar atención a una cosa cada vez.
El mundo llega a nosotros a través de nuestra atención, aquello a lo que no prestamos atención no existe para nosotros. Según Nick Chater el objeto de nuestra atención a cada momento es AUTOMÁTICAMENTE interpretado por el cerebro. No somos conscientes del objeto de nuestra atención, únicamente somos conscientes de la interpretación que nuestro cerebro, a cada momento, hace del objeto de nuestra atención.
Y lo maravilloso es que tiene sentido. La vida sería invivible si cada vez que prestáramos atención a algo ese algo no tuviera un sentido dentro de un contexto. Por suerte, por ejemplo, cada vez que vemos una manzana no podemos evitar saber que eso que estamos viendo se come. Y además, si tenemos hambre y la manzana es nuestra, podemos comérnosla. Porque nos damos cuenta (interocepción) de que tenemos hambre, y sabemos que la manzana se come. Y sabemos cómo coger la manzana, cómo llevárnosla a la boca, y cómo comérnosla. Y por supuesto, esa manzana recibe el nombre de “manzana” dentro de ese código que encripta prácticamente cualquiera de nuestras percepciones en forma de lenguaje.
Aceptando que en la vida el único momento que vivimos – y por tanto existe – es el preciso momento que divide pasado y futuro (ahora). Aceptando que únicamente podemos prestar atención y dar sentido a una cosa cada vez…
¿Cómo es posible que sintamos que la vida es algo más que el instante en el que miras la manzana sabiendo que es una fruta, que es tuya y que se come?
Según Nick Chater (y nuevamente tiene todo el sentido del mundo), nuestro cerebro es una formidable máquina de interpretar cada cosa a la que prestamos atención de manera que tenga el máximo sentido posible dentro del contexto de cada momento; y “quién” percibimos que somos en cada momento sin duda forma parte del contexto de cada momento. Así, nuestra mente es capaz de improvisar continuamente historias en las que cada instante tiene un sentido de totalidad, a pesar de que a cada instante, únicamente podemos prestar atención a una cosa.
Para ayudar a entender su propuesta, Nick Chater habla del “ciclo del pensamiento”, un ciclo en el que:
1) fijamos nuestra atención en un objeto de nuestro entorno sensorial.
2) interpretamos ese objeto (buscamos un sentido para ese objeto) gracias a una serie de procesos que se dan en nuestro cerebro de los que no somos conscientes y a los cuales no podemos acceder.
3) La interpretación que nuestro cerebro ha hecho de ese objeto se convierte en nuestra experiencia consciente momentánea.
4) Volvemos a dirigir nuestra atención a nuestro entorno sensorial en busca de un nuevo patrón con el que seguir dando sentido a nuestra experiencia consciente.

“The cycle of thought”, del libro “the mind is flat”, de Nick Chater
Este ciclo es tan rápido y fluido que nos hace sentir que somos conscientes de una realidad más compleja y completa que la que realmente está ocupando nuestra atención en cada momento.

“La densidad de las células foto-sensibles en el ojo”, del libro “the mind is flat”, de Nick Chater
(DISCLAIMER) A continuación pongo un ejemplo de cómo la información visual que le llega realmente al cerebro es diferente de la información visual que crees recibir. Muy probablemente lo explico mal, pero a efectos prácticos nos sirve. Sea lo que sea lo que realmente llega al cerebro (color, nitidez…) no se corresponde con la imagen que tú crees estar viendo.
Cuando, por ejemplo, miramos una habitación, a pesar de que la anatomía básica del ojo nos dice que solo somos capaces de ver una pequeña área con nitidez y color; la sensación de que estamos viendo TODA la habitación en color con idéntica nitidez se produce por la interpretación que está haciendo nuestro cerebro de lo que vemos. Cambiando nuestro foco ( a otra zona de la habitación) somos capaces de confirmar la historia que nos está contando nuestro cerebro (vemos la zona de la habitación a la que hemos cambiado nuestro foco en color y perfectamente nítida), a pesar de que, a cada momento, solo somos capaces de ver en color el nuevo fragmento en el que enfocamos nuestra mirada. Nuestro cerebro se inventa la sensación de totalidad, a pesar de que es imposible ver con nitidez y color todo lo que creemos que, a cada momento, estamos viendo.
Vivimos en un mundo de color perfectamente nítido a pesar de que nuestros ojos únicamente son capaces de ver así un pequeño fragmento de nuestro campo visual, el fragmento al que dirigimos nuestra mirada.
Si nuestra mente es capaz de “colarnos” semejantes engaños en cosas tan aparentemente imposibles como la que acabo de describir, ¿qué no será capaz de colarnos cuando el objeto de nuestra atención sea algo como nuestras emociones, sensaciones, chismorreos…?
Si ya pasamos a un nivel más “macro”, si nos alejamos para mirar la vida más allá de cada instante…
¿Cómo es posible que una vida hecha de “ahoras” se viva desde la sensación de tener una identidad?
¿Qué es lo que hace que yo me sienta yo? ¿Qué hace de mí… yo? ¿Cómo conseguimos dar sentido a la vida?
De alguna manera que desconocemos (un sindios de conexiones sinápticas en y entre distintas zonas del cerebro, entre otras cosas), cada experiencia vivida, cada interpretación pasada va configurando la manera de interpretar cada momento presente. Como propone Nick Chater: “el cerebro opera por precedentes, no por principios”.
Nuestra manera de vivir, la manera en la que nuestro cerebro continuamente está construyendo sentido con sus interpretaciones, es heredera de las maneras en las que hemos vivido, las maneras en las que nuestro cerebro ha ido interpretando nuestro entorno sensorial a lo largo de nuestra vida. “Nuestro cerebro está continuamente buscando patrones en nuestra experiencia presente a la luz de nuestro pasado” (N. Chater), y así es como esa “vida que hemos vivido” hasta ese momento se consigue integrar en ese momento en el que estamos viviendo.
Por eso mismo, en tono esperanzador Nick propone que, aunque difícil y lento, si cambiamos conscientemente nuestro presente, podremos remodelar nuestro futuro.
Y dejo para el final el que, para Nick Chatter, constituye…
EL SECRETO DE NUESTRA INTELIGENCIA
“Nuestra espectacular elasticidad mental, nuestra capacidad para interpretar con imaginación información compleja y abierta en patrones ricos y variados, es el secreto de la inteligencia humana.”
Nick Chater, “The mind is flat”
Y me parece especialmente interesante la frase en la que señala que:
“La extraordinaria ubicuidad de nuestra flexibilidad imaginativa la vuelve invisible.”
Nick Chater, “The mind is flat”
Empezando por la última frase, llevo ya mucho tiempo pensando en que las cosas que importan en la vida y las soluciones a muchos de nuestros grandes problemas se esconden exactamente delante de nuestras narices. Y están de una manera tan evidente y envolvente que la mayor parte del tiempo somos incapaces de verlas. De alguna extraña manera, esta “extraordinaria ubicuidad” acaba siendo el mejor escondite imaginable.
Por otro lado, la mayor parte de las veces en las que conseguimos acceder a esta realidad ubicua y evidente (y la observamos de manera explícita), acabamos subestimando la potencia de la información a la que hemos conseguido acceder precisamente por la manera tan evidente en la que la encontramos en nuestras vidas: “es tan evidente que, si realmente fuera lo que estoy buscando, hace ya años que lo habría encontrado”.
Así, según Nick Chatter, navegamos de una manera tan natural en un mundo extraordinariamente complejo que nos cuesta darnos cuenta de lo fácil que estamos consiguiendo hacer algo extraordinariamente difícil.
Sobrevaloramos, por ejemplo, los aspectos de nuestra inteligencia que nos permiten, utilizándola de manera enfocada (consciente) y deliberada, resolver problemas más o menos concretos gracias a una formación técnica determinada. Así, de forma individual o colectiva, llegamos a formular marcianadas como la teoría de la relatividad, a diseñar originales aplicaciones para nuestros smartphones, resolver derivadas o integrales…
Y sin embargo, infravaloramos “nuestra espectacular elasticidad mental, nuestra capacidad para interpretar con imaginación información compleja y abierta en patrones ricos y variados”… constantemente.
Nick Chatter refuerza esta idea contrastando la manera en la que la inteligencia artificial ha intentado tradicionalmente emular los procesos computacionales de nuestro cerebro sin conseguirlo. La Inteligencia Artificial consigue ser infinitamente superior resolviendo problemas con solución basándose en problemas similares anteriormente resueltos. Sin embargo, a día de hoy, es incapaz de acercarse a nuestra inteligencia a la hora de interpretar información compleja, abierta e inconexa y convertirla en patrones con los que darle sentido; generando así, y manteniendo en continua construcción, todo un mundo en el que cada nuevo input sigue consiguiendo encajar de manera más o menos coherente en ese mismo mundo. En nuestro mundo.
Y si encima piensas, y la evolución lo demuestra, que nuestra capacidad de interpretar el mundo y dirigir nuestras acciones se desarrolla de una manera tal que nos ha llevado, no solo a sobrevivir como especie, sino a ser la especie más exitosa del planeta (independientemente de consideraciones ético-morales)… pues ya te cagas.
Espero que saber que tenemos dentro de la cabeza (interconectada con un extraordinario cuerpo y un extraordinario mundo) una extraordinaria maravilla de potencia creativa inimaginable, y haber pensado un ratito en ello, te permita sentir, aunque sea por un pequeño momento, la agradable sensación de que “somos la hostia”.
Te guste o no, somos la hostia incluso cuando nuestra mente se está inventando un cuento en el que somos una mierda pinchada en un palo.
Y para terminar, por si, como a mí, te da un poco de “yuyu” todo esto de los robots y los ordenadores:
“Para aquellos que temen la marcha de las máquinas, esto debería ser un consuelo. Si la imaginación y la metáfora son el secreto de nuestra inteligencia, entonces ese secreto puede, quizás, estar encerrado de forma segura en el cerebro humano durante siglos y quizás para siempre.”
Nick Chater; “The Mind is Flat”
Si te da pereza leer, aquí lo leo para ti.
0 comentarios